De origen muy remoto, el Collie ha sido durante siglos guardián de ovejas sobre todo, en la parte meridional de Escocia. En una época, su tamaño era más reducido, sus extremidades más cortas y su capa predominante de color oscuro. El propio Shakespeare habla de un "Sky Collie" haciendo alusión, claramente, al tono oscuro del pelo del perro. Sucesivamente es cruzado con otras razas entre las cuales parece encontrarse el Deerhound o Galgo inglés de pelo duro, el Terrier escocés y tal vez, incluso, el Galgo ruso o Borzoi que habría contribuido a darle una cabeza estrecha y larga. Fue a comienzos del siglo XIX que, utilizando a los mejores ejemplares, se fijaron las características morfológicas de este perro con criterios de una rigurosa selección, excluyendo la introducción de sangre de otras razas. En 1840, se funda en Inglaterra, el Collie Club que dio un gran impulso a esta raza, que ya a fines del siglo pasado, comenzó a extenderse por todo el mundo. Su momento de mayor desarrollo en la Europa meridional lo ha tenido alrededor de 1960. En estos últimos veinte años, el interés en esta raza ha disminuido un poco aunque sigue manteniendo un notable nivel de calidad.